Descripción
Freedom póster fotográfico en blanco y negro.
La Fotografía y el Ballet
A lo largo de la historia el objetivo primordial de la fotografía de ballet ha sido lograr congelar el movimiento. Muchos fotógrafos de danza han obtenido con éxito el objetivo primero de congelar los pasos, pero en la actualidad esto no basta. El paso “congelado” queda solamente en eso, un registro de una ejecución, un movimiento determinado, aun si correcto, puede tan sólo ser eso, y a veces ofrece un ángulo, o un enfoque, cuya estética, no logran remitir ni acusar el poder emotivo que hacen de la foto una obra de arte por sí misma.
En la actualidad se intenta ir mas allá del simple congelamiento de un determinado paso, explorar y descubrir lo que trasciende más allá del movimiento; no basta la posible grandeza o destreza del bailarín que es el sujeto fotografiado.
La gran parte de la fotografía de ballet subraya la fijeza, pero asimismo trata de extenderse el campo a la zona intermedia que se encuentra reflejada en Degas. Este “congelar el movimiento” se torna progresivo. Su retención contiene la intensidad de la vibración de esas energías listas a explotar.”
La danza y la fotografía supuestamente deberían encontrarse en una posición radicalmente opuesta: el arte del movimiento y el arte de lo inmóvil. Por ello es que se habla que la danza escapa en su totalidad a la foto, de ahí a lograr captar la energía intrínseca de la danza pero de un solo ímpetu, que se detenga para definir una imagen que no es la del “movimiento”, sino que sugiera el movimiento en sí. La fotografía de danza es de esta manera una reflexión sobre la paradoja que opone (al mismo tiempo que reúne) lo móvil de lo inmóvil. Desde este punto de vista, la fotografía puede relacionarse con la pintura degasiana en cuanto a tomar al movimiento como un reto.